Los Mossos d´Esquadra cumplieron a rajatabla la orden de la Audiencia Nacional e impidieron que en las calles del barrio barcelonés de Gràcia se homenajeara a Laura Riera, la colaboradora de ETA que salió ayer de prisión tras cumplir una condena de nueve años por facilitar al comando Barcelona datos para la comisión de atentados.

La policía forzó que la plataforma de apoyo a Riera desconvocase el acto previsto y cargó contra una manifestación espontánea de jóvenes independentistas que trataron de burlar el auto judicial. Para dejar claro que no iban a permitir el mínimo atisbo de enaltecimiento del terrorismo, los Mossos retiraron a primera hora de la mañana los carteles alusivos al homenaje que podían verse en la plaza del Raspall, donde se convocó el acto, y sus alrededores. Por la tarde, el despliegue policial advirtió a los organizadores de que debían suspender el acto por orden judicial.

A continuación, una docena de jóvenes exhibieron una pancarta con el lema Por los derechos políticos y civiles, disolución Audiencia Nacional e intentaron leer un comunicado para anunciar que no habría acto. Al poco de iniciarse la lectura, la policía retuvo a los jóvenes para identificarles y arrestó a uno de ellos.

Cuando la tensión parecía disminuir, otro grupo de independentistas comenzó a manifestarse por algunas calles colindantes coreando gritos como "¡Laura Riera, bienvenida a casa!". Justo en la entrada de la plaza de la Vila de Gràcia, epicentro de las fiestas del barrio que ayer terminaban, los Mossos cargaron contra los jóvenes, que optaron por dispersarse a gran velocidad. La actuación policial cumplió también la exigencia que había realizado la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, a la Generalitat para que tomase todas las medidas a fin de evitar el acto.