La mujer del exsenador y extesorero del PP Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, se escudó ayer en su marido para negarse a aclarar ante el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) Antonio Pedreira el supuesto delito fiscal que le imputa la fiscalía anticorrupción y el origen de su incremento patrimonial.

La declaración de Iglesias fue caótica. Primero, llegó en un coche que, pese a no tener permiso para ello, empleó el acceso para vehículos oficiales, lo que le permitió acceder al garaje del TSJM y evitar ser fotografiada. Después, la fiscalía pidió que la declaración se aplazara hasta que el Tribunal Supremo remitiera a esta sede judicial la investigación que ha llevado a cabo contra Bárcenas, dado que el extesorero del PP renunció a su acta de senador (y, por tanto, a su condición de aforado) el lunes. Pedreira se negó e Iglesias solo contestó a las preguntas de la fiscalía, la abogacía del Estado y la defensa. En el interrogatorio podían estar presentes los letrados de los otros imputados, ya que Pedreira levantó el secreto de este caso el 5 de abril.

La mujer de Bárcenas se limitó a afirmar que no sabe "nada" de las operaciones financieras con las que ha incrementado su patrimonio en los últimos años. Fuentes judiciales informaron de que Iglesias explicó que la "gestión económica" del matrimonio "la lleva su marido".

LA PETICION La defensa solicitó al juez el archivo por entender que los delitos fiscales que se le imputan han prescrito. La Agencia Tributaria informó a Pedreira en junio del 2006 de que el matrimonio Bárcenas había cometido un presunto delito fiscal entre los años 2002 y 2003. También de que durante el periodo del 2006 al 2008 se gastaron un millón de euros en inmuebles e ingresaron 330.000 euros en venta de inmuebles. Y que las compras se realizaron sin "ningún apoyo externo". Pedreira se ha tomado tres días para contestar a la petición de archivo.