Unos desconocidos colocaron ayer en San Sebastián un artefacto casero en la puerta de la vivienda de un ertzaina. La bomba no llegó a explosionar gracias a la intervención de una inquilina del domicilio, que se percató de que había una mecha prendida y la arrancó.

Este es el segundo ataque que tiene lugar contra agentes de la policía autonómica vasca en un plazo menor a una semana, después de la quema el pasado jueves del coche particular de una ertzaina en Azpeitia (Guipúzcoa). La acción se suma a la ola de sabotajes que se ha desatado en los últimos días, tras meses de relativa calma.

Pasada la una del mediodía de ayer, la inquilina halló un artefacto compuesto por una garrafa de líquido inflamable con un petardo adherido a modo de iniciador. La vecina, al percatarse de que la mecha estaba encendida, arrancó el petardo y lo lanzó al rellano.

Su explosión causó daños de poca relevancia en el inmueble, como el desconchado de las paredes de la escalera. Al lugar se desplazaron varias unidades de la Ertzaintza, que acordonaron la zona durante varias horas.