Parlamentarias de todos los partidos vascos, salvo del PP, y mujeres de otras organizaciones políticas y sindicales de Euskadi, Navarra y el País Vasco francés reclamaron ayer que se establezcan las "garantías democráticas necesarias" para que la sociedad vasca cambie, si lo desea, su actual organización como comunidad autónoma. Bajo el lema Ahotsak (Voces), más de 200 mujeres se unieron en una foto impensable hace unos años, con representantes socialistas, nacionalistas y de la izquierda aberzale. La dirección del PSE, encabezada por Patxi López, afirmó que "respeta" la iniciativa, pero no la "comparte".

Las mujeres transmitieron, en un comunicado, que si el País Vasco "desea transformar, cambiar o mantener" su actual marco jurídico-político, es decir, superar el estatus de comunidad autónoma, todos los partidos deberían comprometerse a respetar y facilitar los instrumentos "para que lo que la sociedad vasca decida sea respetado y materializado y, si fuera necesario, tuviera su reflejo en los ordenamientos jurídicos". Este es el punto que desborda la línea oficial de PSE y PSOE, ya que es una alusión a la autodeterminación.

A TITULO PERSONAL Con la voluntad de evitar problemas de ese tipo, todas las mujeres presentes en esta plataforma se integran a título personal, y anunciaron que mantendrán una presencia activa en la política vasca. Al grupo se ha incorporado la parlamentaria socialista Gemma Zabaleta. De otros partidos figuran Gemma González de Txabarri (PNV), Begoña Errazti (Eusko Alkartasuna), Kontxi Bilbao (EB) o Aintzane Ezenarro (Aralar), junto a las dirigentes de Batasuna Jone Goirizelaia y Ainara Armendariz, y la representante del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK) Nekane Erauskin. También se sumaron integrantes de la coalición nacionalista de Navarra Nafarroa Bai y de la formación vascofrancesa Abertzaleen Batasuna.

El propósito con el que nace la plataforma es contribuir a "blindar" el proceso de paz, "para que no se embarranque" ni se "frustre". De hecho, cuando aún no se había producido el alto el fuego de ETA, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tenía conocimiento de que se estaba gestando una iniciativa de este tipo como preparación del terreno cara a la declaración de tregua.

La clave es, según defienden las mujeres firmantes del manifiesto, que "todos los proyectos políticos se pueden y se deben defender" sin que ninguno se imponga. Para ello reivindican que todos esos proyectos se desarrollen en condiciones de igualdad, sin violencia y por vías democráticas. Y apuntan que "dialogar es el paso previo para acordar, y ello es fortalecer la democracia, no debilitarla".

PRIORIDAD El texto, que fue leído en castellano, euskera y francés, observa la paz como una "exigencia colectiva y una prioridad política" y asegura que ésta "no consiste sólo en la ausencia de cualquier violencia". También se afirma que quienes lo suscriben son mujeres de "distintas ideologías, tradiciones y sentimientos" que desean "explorar los pasos en la búsqueda de la paz y la reconciliación".

El grupo de mujeres se definió como "militantes de la paz" frente a los "saboteadores" que "siempre" hay en todo proceso de paz. Sabedoras de que su iniciativa será criticada, avisaron: "No buscamos el éxito electoral, ni el aplauso de nadie, ni nos intimida la crítica feroz".