Pese a los vaivenes y la confusión que a lo largo de la semana rodearon de incertidumbre la convocatoria de manifestación realizada por el Gobierno vasco, una multitud desfiló ayer en Bilbao tras el lema Exigimos a ETA el final de la violencia. Por la paz y el diálogo . El propio lendakari, Juan José Ibarretxe, agradeció al final la "generosa" respuesta ciudadana que culminó con un minuto de silencio en recuerdo a las dos víctimas de Barajas.

Sin consignas y con un silencio solo roto por esporádicos aplausos, 80.000 personas, según cifra facilitada por la policía municipal, recorrieron sin incidente algunas de las principales arterias de la capital vizcaína.

Se trata de la manifestación más nutrida de los últimos años en Bilbao, solo por detrás de la que clamó por el asesinato del concejal del PP Miguel Angel Blanco, secuestrado por ETA en 1997 . En la comitiva no hubo más símbolos que una pancarta con letras negras sobre fondo blanco sostenida por ciudadanos anónimos, entre los que se encontraban dos inmigrantes.

Inmediatamente detrás se situó el Gobierno vasco, los exlendakaris José Antonio Ardanza y Carlos Garaikoetxea, y los dirigentes de los partidos que habían dado su respaldo a la iniciativa, PNV, EA, EB, PSE y Aralar. Responsables del PP vasco insistieron en desacreditar la manifestación y Batasuna mantuvo silencio después de que su primera intención de secundar la marcha abriera una tormenta política que obligó a Ibarretxe a modificar el lema inicial.

"No queremos vivir con violencia", dijo el lendakari en la breve intervención que, ante el Ayuntamiento de Bilbao, puso fin al acto. "Sin diálogo no hay futuro, no hay esperanza", aseguró con una indirecta autocrítica al reconocer que los ciudadanos vascos habían decidido participar en la manifestación "por encima de politiquerías" dando así una lección".

"Las calles de Bilbao son un clamor en la exigencia a ETA de que de una vez por todas la violencia desaparezca", dijo Josu Jon Imaz, presidente del PNV. Por su parte, el líder del PSE, Patxi López, hizo un doble emplazamiento a ETA para que afronte el cese definitivo de la violencia y a Batasuna para que dé el paso definitivo a la política. Tras el minuto de silencio en recuerdo de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, un aplauso sirvió de despedida.

UNIDAD EN PAMPLONA Mientras, en Pamplona, unas 2.000 personas, según la delegación del Gobierno en Navarra, se concentraron en la Plaza del Castillo, convocadas por la Federación de Asociaciones de Inmigrantes en Navarra bajo el lema Por la paz, no a la violencia .

Al contrario que en las manifestaciones de Bilbao y Madrid, al acto de Pamplona acudieron representantes de todos los partidos del Parlamento navarro, incluida la Unión por el Pueblo Navarro, referente del PP en esta comunidad autónoma.