El pacto por las libertades y contra el terrorismo se firmó en diciembre del 2000, cuando el terrorismo islamista ni siquiera figuraba en las preocupaciones del Gobierno. La iniciativa partió de José Luis Rodríguez Zapatero, recién llegado a la dirección del PSOE. Tras unas cuantas críticas por parte del PP, José María Aznar se avino a firmar un texto pensado para presentar un frente común contra ETA.

El texto del acuerdo se utilizó también contra el nacionalismo vasco, por entonces en plena luna de miel con el aberzalismo radical, con el que compartía el pacto de Lizarra. La ley de partidos para ilegalizar Batasuna, primero, y las elecciones catalanas, después, tensaron el pacto hasta ponerlo al borde de la ruptura. El tira y afloja llegó al cénit con la entrevista de Josep Lluís Carod-Rovira con la cúpula de ETA y la tregua en Cataluña.