Las formaciones nacionalistas celebran el Aberri Eguna (Día de la Patria vasca), en medio de una reflexión sobre las causas de su fracaso en las pasadas elecciones generales del 9 de marzo. Además del fracaso electoral del nacionalismo, el Aberri Eguna de este año se caracteriza también por la propuesta del lehendakari, Juan José Ibarretxe, de realizar una consulta en octubre si no hay un acuerdo previo con el Gobierno sobre el derecho a decidir y por la vuelta del terrorismo de ETA, que el año pasado por estas fechas decía mantener el alto el fuego, pese a que el 30 de diciembre de 2006 asesinó a dos personas al volar un aparcamiento de la T-4.

En los comicios generales el PSE-EE consiguió una victoria histórica al imponerse en las tres provincias vascas y conseguir él solo 40.000 votos más que la suma de los tres partidos nacionalistas que concurrieron a las elecciones (PNV, Eusko Alkartasuna y Aralar). Ese resultado electoral ha abierto en las dos últimas semanas una reflexión en las formaciones nacionalistas y así el PNV ha celebrado varias reuniones especiales y ha acordado elaborar un nuevo "contrato" con la sociedad vasca, denominado Euskadi 2020, para tratar de adaptarse a la evolución de la sociedad.

Desde Eusko Alkartasuna se ha reconocido el problema del nacionalismo para captar el voto urbano y joven, mientras que en Aralar se ha insistido en la necesidad de que los nacionalistas vayan juntos a las elecciones en una "gran coalición". De todas formas PNV y EA han insistido en que mantienen la "hoja de ruta" del lehendakari, que contempla negociar con el Gobierno central hasta junio y, si no hay un acuerdo, solicitar en junio al Parlamento vasco la realización de una "consulta" el 25 de octubre. Para el sindicato ELA, mayoritario en el País Vasco, existe "una falta de entusiasmo en las bases del movimiento abertzale" debido a la "falta de unidad" y considera preciso que el nacionalismo reflexione y elabore una propuesta única "con perspectiva estratégica de Movimiento Nacional", para lo que defendió la recuperación del pacto de Lizarra.

En cuanto a los actos previstos, el PNV mantendrá la tradición de los últimos años y reunirá a sus bases en la Plaza Nueva del casco Viejo bilbaíno en un acto político que tendrá como lema "queda mucho por hacer" y donde intervendrán el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, y el lehendakari Ibarretxe. Eusko Alkartasuna también ha elegido uno de sus emplazamientos habituales para el Aberri Eguna, la villa foral vizcaína de Gernika, donde realizará un mitin, en el que intervendrán el presidente del partido, Unai Ziarreta, y su secretario general y consejero de Justicia del Gobierno Vasco, Joseba Azkarraga, para posteriormente celebrar una comida con los afiliados.

Además, el Foro de Debate Nacional, integrado por organizaciones sociales, sindicales y políticas nacionalistas, excepto PNV, celebrará el Aberri Eguna, por segundo año consecutivo, con una marcha que partirá de Irún (Guipúzcoa) y finalizará en Hendaya (Francia), donde se desarrollará un acto político. A la cita se han sumado organizaciones como Aralar, EA, la gala Abertzaleen Batasuna y los simpatizantes de la ilegalizada Batasuna y la suspendida ANV, además del sindicato LAB, que se unirán 'en la defensa del carácter nacional de Euskal Herria', según resume el manifiesto «Nazioa gara. Zazpiak bat. Burujabetzaren alde» (Somos una nación. Los siete una. Por la soberanía), elaborado por el bertsolari Jon Maia.