Interesante la entrevista publicada el lunes por el diario Gara con dos portavoces de ETA. No es que dijeran nada de gran trascendencia. En realidad no aportaban nada en absoluto, pero este hecho es interesante por sí mismo. ¿Qué tenía para decir ETA que le animara a conceder una entrevista? ¿Son los mensajes contenidos en la misma motivo suficiente para dar ese paso, arriesgándose a que la logística de la misma, el desplazamiento de sus protagonistas y el encuentro con un periodista pusiera en peligro la integridad de dos portavoces autorizados? A los medios nos han llamado la atención un par de sus mensajes.

El primero tiene que ver con el anuncio de un proceso de reflexión interna cuyas conclusiones no se anticipan pero se sugiere que dará lugar a una nueva estrategia político-armada. Esta ETA Militar de hoy se sitúa con esa reflexión en la más arraigada tradición de los poli milis que hace 30 años llegaron a la conclusión de que el camino de la violencia no llevaba a ninguna parte. Pero parece muy lejos de afrontar esa reflexión con la misma sinceridad. Esta se cree el politburó de la estrategia y el pensamiento independentista vasco. La estructura en torno a la cual aglutinar esa unidad de fuerzas soberanistas que promueve Arnaldo Otegi reclamando que no le pidan a nadie condenar la violencia como condición previa. No hay caso, la propia ETA lo sabe y arremete contra Aralar o contra Eusko Alkartasuna. ¿Quién constituirá, pues, el frente soberanista?

Desde luego, no el PNV. No lo quiere la --cada vez menos-- organización --cada vez más-- armada. Ya conoce lo que es medir peso social con ellos. Sabe de la representatividad de los jeltzales y eso imposibilita, como en el proceso de Lizarra, que el radicalismo de izquierda lidere la unidad de fuerzas nacionalistas. Eso hace, también en esta entrevista, del PNV el enemigo a batir. Tanto es así que le disputa la legitimidad para hacer oposición al nuevo Gobierno vasco socialista. Y ese es el otro mensaje que ha merecido la atención de los medios y aún no sé por qué. A ETA no se le espera en el diván de la reflexión política coherente pero ocupa como nadie los titulares de la amenaza. Ahora anuncia una estrategia nueva porque hasta ahora no ha sido suficientemente dura. Será que le faltan muertos a ETA para sentirse viva. Y le faltaba hacerse notar. Hace meses que sus siglas solo aparecen en titulares de arrestos y esos 100.000 votos nulos escasos que muestra con orgullo como si fueran suyos son la foto de su fracaso. ETA sale a cohesionar a la izquierda aberzale. A hacer creer a sus bases que va ganando derrota tras derrota. Que tiene estrategia y que reflexiona sobre sus fracasos como muchos vascos hacen. Y va y se hace entrevistar por la necesidad de estar.