Todo estaba bajo control. La operación policial desarrollada ayer contra el aparato financiero de ETA está apoyada en numerosas intervenciones telefónicas y en seguimientos policiales. Gracias a esas pruebas, se ha podido comprobar que ETA ordenó "que se congelara la distribución de nuevas cartas de extorsión" tras declarar el alto el fuego el pasado 24 de marzo.

Fuentes policiales han informado que Joseba Elosua, de 72 años, uno de los 12 detenidos en la operación, informó a un amigo el 3 de marzo de que iba a poner en "circulación 35 cartas de extorsión", según consta en una intervención telefónica:

--Joseba: Que no puedo andar en calzoncillos he dicho clave usada habitualmente para informar a su amigo de que ha estado con alguno de los responsables de la red de extorsión.

--Amigo: Lo que te faltaba ya, que no podemos andar así... que te vas a dejar la vida.

--Joseba: 35 cartas.

--Amigo: ¿Qué? Lo que te faltaba, desde luego, eres un sinvergüenza.

Quince días después, el 18 de marzo, Elosua contó a su confidente que había mandado otras 43 cartas. Cuatro días después, ETA informó de que declaraba una tregua efectiva a partir del 24 de marzo. Desde esa fecha, según la policía, "la eficacia recaudatoria" a los empresarios "se resiente notablemente".

El 4 de abril, Elosua le cuenta a su amigo que está en "paro técnico de cobro, que los responsables están exigiendo eficacia recaudatoria, que las personas a las que se les ha solicitado el impuesto no dan señales de vida". También le comenta que los responsables de la organización terrorista le han pedido a él y a Jean Pierre Harocarene --también detenido-- las cuentas sobre los tres últimos años:

--Joseba: Esta mañana me dice dónde están los sellos

--Amigo: Pero ahora estás en paro técnico, ¿no?

--Joseba: No, paro de cobro.

En otra grabación, Elosua explica a su amigo que la prensa se ha hecho un lío después de que un periódico de Navarra publicase el 14 de abril que los empresarios continuaban recibiendo cartas de extorsión, que fueron enviadas antes de la tregua.

Por este motivo, Elosua busca una cita urgente con los responsables de la red. El 17 de abril se cita con José Luis Cau en el bar El faisán que regenta. Al día siguiente, Elosua se reúne con Ramón Sagarzazu en el mismo bar y llaman a Cau a Francia para convocar una "cita urgente" entre los tres. Sin embargo, el encuentro no llega a celebrarse porque Cau no puede desplazarse a Behobia, por lo que aconseja a Sagarzazu que arregle el "asunto con Joseba".

Después, Elosua llama desde el bar a su amigo y le revela que "le han dado instrucciones para paralizar las actividades que venía desarrollando para la red". Sin embargo, Elosua reconoce que tiene en su poder las últimas misivas que le han autorizado a recaudar dinero "de compromisos anteriores, pero adoptando precauciones".

En otra conversación, Elosua pregunta a otro supuesto implicado en la trama si ha recogido el "último panfleto" (la última carta) y también le comenta que la organización le ha pedido ser "informada puntualmente en el caso de detectarse nuevas cartas, probablemente para conocer y contrarrestar la acción de un grupo incontrolado".

Al día siguiente, Elosua llama, de nuevo, a Cau a Francia para preguntarle si va a acudir al bar esa tarde. La cita finalmente se lleva a cabo en una lonja de Elosua y después, en el bar. Tras el encuentro, Elosua "sale del interior con varios sobres apaisados que lleva consigo hasta el bar El faisán para acto seguido dirigirse a la perfumería de su hija, colindante con el bar, y dejar los sobres a su yerno, Carmelo Luquín detenido". El 20 de abril, Elosua se cita con otro presunto implicado en el bar y le da un diario "doblado en el que introduce lo que se distingue como varios sobres".