El ultimátum de 165 futbolistas vascos, que solo están dispuestos a jugar el mes próximo con Irán si es bajo la denominación Euskal Herria, puso ayer en jaque a la clase política. La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate (PNV), recordó que la denominación histórica de la selección es la de "Euskadi" y el lendakari, Juan José Ibarretxe, apuntó que lo importante es el reconocimiento de las selecciones vascas. El debate nominalista se encrespó y hasta la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que "no es bueno" llevar la confrontación al deporte. Pero la tensión dialéctica ya se había disparado. El vicesecretario general de comunicación del PP, Esteban González Pons, culpó a las ikastolas de haber educado a jugadores que desarrollan más "el músculo nacionalista que la inteligencia". El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, destacó la irrupción en la política de jugadores reacios a manifestarse "en contra del terrorismo" y les recomendó que en vez de crear polémicas "jueguen bien" al fútbol. Y el dirigente del PNV Andoni Ortuzar habló de polémica "contraproducente" para la oficialidad de las selecciones.