Varias ponencias sobre política gallega, entre ellas una sobre el Estatuto de esta comunidad, marcaron el inicio del congreso que certificará el relevo generacional en el PPG. El veterano Manuel Fraga, de 83 años, dejará la presidencia del partido en manos del que fuera su vicepresidente primero en la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de 43.

El PP llega a este congreso, que se celebra en el palacio de Congresos de Santiago, siguiendo las líneas de un guión que parece escrito por el propio Fraga. Después de un 2005 marcado por una dura lucha entre candidatos a la sucesión, el proceso de renovación se ha ido suavizando hasta concluir tal y como la dirección popular planeó: con una candidatura única encabezada por Núñez Feijóo, afín a Rajoy, que hoy cerrará el cónclave, e identificado con el sector urbano o del birrete, secundada por José Manuel Barreiro, próximo a la corriente rural o de las boinas, y con un equilibrio de poderes entre los barones provinciales que deja satisfechos a todos.

Todo se ha integrado, excepto al exconsejero de Política Territorial José Cuiña, uno de sus principales opositores, que excusó su presencia en el congreso "por motivos personales". Fraga se va "tranquilo", según confesó a sus allegados, para terminar su etapa política en el Senado.

DISPUESTO AL DIALOGO El partido queda en manos de un Alberto Núñez Feijóo que empezó por agradar a la cúpula popular y terminó por conquistar las simpatías de las bases. Feijóo, que ha dicho sentir "vértigo" por suceder a un líder del carisma de Fraga, plantea un PP más moderno, joven y dispuesto a dialogar.

Prueba de ese afán renovador es la edad media de la cúpula de la nueva directiva, que no superará los 39 años. Feijóo integra a Barreiro como vicepresidente y, como secretario general, a Alfonso Rueda de Valenzuela. El núcleo duro de la dirección lo completan cinco vicesecretarios generales, todos afines a Feijóo. El resto de los miembros de la ejecutiva (que pasan de 58 a 65) responde a un equilibrio entre las corrientes que integran el PPG, e incorpora tanto a barones como a opositores de Feijóo.

El modelo de Estatuto para Galicia será una de los primeros grandes retos de este renovado PP gallego. Los populares pedirán para Galicia el mismo nivel de competencias que obtenga Cataluña, con respeto a la Constitución. Las elecciones municipales del 2007 son otro de los horizontes de Feijóo, que espera frenar la caída electoral de los últimos comicios.