El éxito de la lucha policial contra ETA tiene un único punto negro, en el que el PP va a seguir insistiendo en los próximos meses. La dirección de los conservadores ultima otra ofensiva parlamentaria para sacar el máximo rédito político del presunto chivatazo de un alto mando policial, que abortó una operación contra la red de extorsión de la banda terrorista en la última tregua.

El Gobierno siempre ha negado esa versión, pero los populares sostienen que José Luis Rodríguez Zapatero miente al decir que no hay ningún cargo político ni policial implicado en el conocido como caso Faisán.

Los de Mariano Rajoy acusan al Ejecutivo de querer "tapar" la polémica y su objetivo es seguir presionando en pos de lograr dimisiones, incluida la del ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba. De este aseguran que "intentó que los mismos autores del chivatazo se encargaran de su investigación". El PP registró ayer la solicitud para que Rubalcaba se explique en el Congreso.