El discurso institucional televisado que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, dio el viernes, día del cierre de la campaña, y en el que, desafiando la prohibición impuesta por la Junta Electoral Central (JEC), llamó a los ciudadanos a acudir a las urnas, desató ayer, jornada de reflexión, una nueva polémica.

Tanto el PP como ERC --el bloque del no-- criticaron la declaración de Maragall. El secretario general de ERC, Joan Puigcercós, la consideró "un acto de ilegalidad política flagrante" y el portavoz adjunto popular en el Parlamento catalán, Daniel Sirera, afirmó que, al pedir no solo la participación sino también el sí en el referendo, Maragall "se tendría que buscar un abogado porque ha incumplido la ley". El PP anunció que denunciará el próximo lunes ante la JEC la intervención del president, lo que podría traer consigo una sanción pecuniaria.

En defensa de Maragall salió su consejero de Gobernación, Xavier Sabaté, que señaló que "lo que se espera de un Gobierno es que llame a los ciudadanos a la participación". "Desde el Gobierno hemos hecho lo razonable, que todos los ciudadanos entienden y que siempre se ha hecho. Desde 1977, siempre se ha hecho una llamamiento a la participación y nadie ha dicho nunca nada".