El gobierno tripartito que dirige el destino de Marbella tras la destitución de Julián Muñoz quiso dar ayer una imagen de transparencia y pluralidad y anunció que se someterá a todos los controles administrativos que sean necesarios. Pero sus primeras decisiones fueron bastante sorprendentes. La primera, reunirse con Juan Antonio Roca, gerente de urbanismo durante los últimos 10 años y brazo derecho de Jesús Gil.

La segunda decisión sorprendente fue nombrar concejal de urbanismo a Rafael Calleja, casado con Ana Stilianopoulos, una hija de Pitita Ridruejo que trabajó de relaciones públicas para Gil. Si la idea era rehuir el estigma del gilismo, no lo lograron.

NOTAS E INSTRUCCIONES

¿Por qué la urgencia de llamar a Roca? "Es que nos tenía que explicar muchas cosas", dijo Marisol Yagüe, quien durante su primer acto como alcaldesa se limitó a leer notas escritas por Carlos Fernández (expedientado por el PA) y a recibir instrucciones de Isabel García Marcos (expulsada del PSOE). ¿Y qué cosas ha explicado?, se le preguntó a la alcaldesa. "Cosas; no sé; ya las diremos", balbuceó. Fernández salió al quite para salvar la papeleta. "El conoce bien los documentos que había en la sociedad Planeamientos 2000 (empresa estrella de la gerencia de urbanismo) y la misma noche que se presentó la moción unos personajes, con Muñoz al frente, robaron cajas llenas de papeles importantes".

La presunta desaparición de documentación del ayuntamiento marbellí y los supuestos desmanes económicos de Muñoz formarán parte de un informe que el nuevo gobierno entregará a los tribunales.