Apocos pasó desapercibida la presencia del embajador de Francia en España, Bruno Delaye, en la manifestación celebrada el sábado pasado en Bilbao para repudiar el asesinato del inspector Eduardo Puelles. Era la primera vez que el diplomático participaba en un acto de estas características y no era un gesto casual.

La colaboración entre Francia y España en materia antiterrorista pasa por "el mejor momento de su historia", según fuentes de Interior, y prueba de ello son las dos nuevas detenciones que se realizaron ayer a 20 kilómetros al sureste de París.

En estos momentos de absoluta debilidad organizativa, a ETA se la deslegitimiza socialmente en Euskadi, pero se la combate policialmente en Francia, donde el Ministerio del Interior ha reforzado la presencia de un incontable número de agentes de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de la Policía y el CNI (Centro Nacional de Inteligencia).

Un auténtico ejército armado de investigadores que cuenta, además, con todas las facilidades por parte de sus colegas franceses para moverse en el país vecino y trabajar. La información sobre ETA está en Francia y de eso es consciente el lendakari, Patxi López, y su consejero de Interior, Rodolfo Ares, que no renuncian a que la Ertzaintza se abra un hueco a empujones si hace falta en Francia, para poder ser eficaz en su nueva etapa de azote contra ETA. Pero a día de hoy, entre las prioridades del ministro del Interior no está la de facilitar la presencia de la policía vasca en territorio francés.

Rubalcaba se acercó ayer al Congreso para dar a conocer las dos últimas detenciones. En esta ocasión, la información era de la Guardia Civil, y agentes de la Gendarmería francesa realizaron los arrestos tras acceder por sorpresa a la vivienda en la que residían los presuntos terroristas Javier Arruabarrena Carlos, de 37 años, y Ohiana Garmendia Marín, que hoy cumple 33. La pareja vivía en la localidad de Charenton-le-Pont. Arruabarrena está considerado el responsable del aparato de información de ETA y Garmendia, su principal lugarteniente. En el momento de su arresto no estaban armados y llevaban varios juegos de documentación falsa.

Las fuentes consultadas dudaban de que los detenidos hubieran aportado datos sobre el inspector de Policía, Eduardo Puelles, que el sábado fue asesinado en la localidad vizcaína de Arrigorriaga. Los investigadores dan por hecho que ETA dispone de colaboradores legales (no fichados) vecinos del barrio bilbaíno de La Peña, en que se crió y vivió toda su vida el inspector, y que facilitaron a la banda los datos de su coche policial.

El vehículo de Puelles disponía de tres juegos de matrículas reservadas y las cambió el domingo. Los nombres de Arruabarrena y de Garmendia aparecieron en la documentación intervenida a Susper, cuando fue detenido en Francia, en el 2002.