Tomás Gómez, alcalde de Parla, se estrenó ayer como nuevo líder del PSM con una llamada insistente a la unidad de los socialistas madrileños. "Es el momento de la unidad interna, sin fisuras", proclamó Gómez ante los 836 delegados que colmaban el auditorio del hotel donde se celebró el congreso extraordinario. A todos ellos les pidió que no tengan "miedo, ni temor" y aseguró que no les va a fallar porque, entre otras cosas, va a contar con todos los socialistas madrileños para conseguir que "los ciudadanos confíen en el partido".

En presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y de varios dirigentes de la dirección federal socialista, el flamante secretario general del PSM dejó claro que bajo su mandato no habrá lugar para las guerras de familias. "Nunca más nos vamos a entretener en asuntos internos", avisó el nuevo dirigente del PSM.

DOS GESTOS No solo con palabras transmitió este mensaje, sino con dos gestos muy elocuentes. El primero: la nueva comisión ejecutiva, que fue renovada en un 88% y recibió el respaldo del 76,22% de los delegados, no incluye a ningún representante del guerrismo, la única familia que sobrevive con cierta fuerza en el seno del PSM.

El segundo: en sus palabras de salutación, el nuevo líder del PSM se deshizo en elogios a su antecesor, Rafael Simancas, así como al exalcalde Juan Barranco, que en los últimos tiempos ha mantenido posturas críticas por la injerencia de la dirección federal en los asuntos del partido en Madrid. Dijo que Barranco es para él un "referente político" y destacó sus "lecciones de ética y, a veces, de estética". En cambio, no dijo ni una palabra sobre el jefe de los guerristas, el diputado José Acosta, que ayer mantuvo una actitud distante durante el cónclave.

El nuevo dirigente socialista reiteró su propuesta de "sacar a la calle un partido unido, sólido y fuerte".