En plena ofensiva de la Iglesia contra las reformas sociales del Gobierno, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Sebastián, vinculó la supervivencia de la democracia a que se base en principios morales iluminados por la "revelación divina". "Sin ellos resulta insostenible. Puede degenerar fácilmente en una imposición de las mayorías previamente fabricadas por quienes controlan y manejan los medios de comunicación", alertó el arzobispo de Pamplona.

Sebastián realizó esta advertencia durante un discurso de 90 minutos con el que abrió ayer el Congreso de Apostolado Seglar, que se celebra en Madrid con la participación de más de 2.000 dirigentes laicos españoles.

El prelado hizo un diagnóstico autocrítico sobre la situación actual de la Iglesia, a su juicio sumida en una "gran debilidad religiosa y una división profunda en grupos", para llamar a los líderes laicos a cerrar filas en torno a la jerarquía católica y prepararlos para que den la cara en la arena política. "Urge una conversión personal. La fuerza y el vigor apostólico de nuestras comunidades cristianas es hoy bastante deficiente", resaltó.

DESCRISTIANIZACION El vicepresidente se quejó de que España está padeciendo un "proceso de descristianización, con un amplitud y virulencia que estos momentos no tiene en otros países europeos". Como ejemplo, citó que el 20% de los matrimonios católicos se separan y dan lugar a uniones incompatibles con la moral cristiana.

Sebastián defendió que en la sociedad actual los cristianos coherentes han de estar dispuesto a padecer, a modo de "martirio moderno", una cierta marginación social, cultural y profesional y a renunciar a muchos bienes sociales y económicos.

NO A LAS MEDIDAS SOCIALES El número dos del Episcopado cargó contra el paquete de medidas sociales del Gobierno y llamó a la movilización: "Nos acosan por todas partes, pero nunca podrán con nosotros. Nos vemos perseguidos, pero nunca vencidos", clamó.

El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, se mostró horas después muy sorprendido por las declaraciones, que, dijo, "no tienen nada que ver con lo que ocurre en la sociedad española". "Es obvio que los cristianos no están perseguidos" y menos por "un Gobierno respetuoso" que cuenta entre sus votantes con "millones de católicos", añadió.

Antes de estas declaraciones, Jésus Caldera recibió la bendición del presidente del episcopado, Antonio Maria Rouco, para la regularización de inmigrantes. El cardenal le expresó, según el ministro, el apoyo a que "se documente a quienes trabajan" por un "principio de dignidad humana".

Durante el encuentro, que duró hora y media y se celebró en el Arzobispado de Madrid, no se abordaron las conflictivas relaciones entre la Iglesia y el Gobierno. Rouco se negó a ser fotografiado con el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.