"Más allá de si su decisión de romper relaciones con el Gobierno está justificada o no, creo que Rajoy está en una situación muy difícil. Naturalmente, quiere que se acabe con ETA pero, al mismo tiempo, no quiere que sea Zapatero quien acabe con ETA. Se encuentra en una encrucijada sin salida. Ahora que parece que el PP se niega a colaborar con el Gobierno, todo será mucho más largo, más difícil y más frágil".