La democracia es un logro, pero si los gobernantes la ejercen sin tener en cuenta la moral católica y universal, deja de serlo. Partiendo de esta tesis, la Conferencia Episcopal Española (CEE) considera que España está en la "antesala del totalitarismo", ya que "los parlamentarios, y más en concreto, los dirigentes de un grupo político que está en el poder, pueden legislar según su propio criterio sin someterse a ningún principio moral".

Los prelados dictan esta sentencia en el documento Orientaciones morales ante la situación actual de España , que la asamblea aprobó la pasada semana y cuyo contenido íntegro fue hecho público ayer. Los obispos interpretan que España está a las puertas de un "positivismo jurídico" --doctrina que no reconoce la existencia de principios éticos que ningún poder político puede traspasar--, pues "la sociedad queda a merced de las opiniones de pocas personas en alusión a los diputados que se arrogan poderes cuasi absolutos". Los obispos insisten en el "riesgo evidente" de caer en el "cesarismo" si los gobernantes no tienen en cuenta "la recta razón y el patrimonio espiritual de cada pueblo". En tal caso, la democracia "degenera en dictadura".