Las esperanzas que pusieron algunos sectores de la sociedad vasca en la propuesta de paz de Batasuna para alcanzar el final de la violencia sufrieron ayer un duro golpe, cuando la formación aberzale no condenó ni se desmarcó del atentado múltiple de Madrid.

Esta fue la primera acción de envergadura de ETA tras la presentación de la iniciativa, en el mitin. El texto, que nacía con el propósito de "superar el conflicto político", se basaba en la asunción por parte de Batasuna del liderazgo político de la izquierda aberzale, papel que hasta entonces correspondía a ETA, y en limitar el papel de la banda al proceso de "desmilitarización" (armas, presos y víctimas).

La confirmación

La presencia de unos encapuchados, en nombre de ETA, al final de ese acto de hace 19 días en Anoeta (Guipúzcoa), se interpretó como la confirmación de que, aunque la iniciativa llevaba la firma de Batasuna, era asumida por la dirección de la banda. Pero las dudas comenzaron a surgir a las pocas horas, cuando ETA advirtió, mediante una sucesión de comunicados, de que todos los frentes militares seguían abiertos.

El pasado jueves, Otegi declaró que una tregua de ETA supondría un gran paso hacia la paz. Pero ayer se quedó mucho más atrás, provocando el desconcierto de muchos que no entienden por qué Batasuna no da el paso definitivo, si realmente desea apostar exclusivamente por la vía política.