El secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, recurrió ayer a la grandilocuencia para instar a los países a que lleguen a un acuerdo para combatir el cambio climático. "Lo que la comunidad internacional haga definirá nuestra era y el legado global que dejaremos a las futuras generaciones", dijo tras afirmar que "el tiempo de las dudas ha pasado" y que hay que hacer algo para evitar el calentamiento global. Más parco en palabras y claro en sus mensajes, el francés Nicolas Sarkozy aseguró que "Francia no permitirá que se llegue al punto de no retorno: un aumento de la temperatura global de dos grados".

Los discursos en la cumbre medioambiental que ayer se celebró en Nueva York como previa a la Asamblea General abundaron en la misma línea: hay que hacer algo lo antes posible. Pero el qué es donde no hay acuerdo. Así, la representante de EEUU, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, participó en un encuentro de tecnologías medioambientales, ya que la Administración de Bush defiende el uso de energías no contaminantes y no el recorte de las emisiones de CO2. No opina lo mismo el Gobernador de California, el republicano Arnold Schwarzenegger, quien se apuntó al mensaje de la urgencia de trabajar en conjunto para evitar el calentamiento global".

DESENCUENTROS La elección de políticas no es el único desencuentro entre EEUU y la ONU y los países europeos. Si esta última hablaba ayer de cambio climático, el jueves y el viernes se abordará el mismo tema en Washington en una cumbre de países contaminantes e industrializados que ha convocado la Casa Blanca y en la que la ONU es un invitado más. Su intención es clara: es mejor controlar el proceso que dejárselo a la ONU.

En este sentido hay que entender las palabras del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ante la prensa tras intervenir en la cumbre. "Es fundamental que sea la ONU quien impulse esta tarea", dijo el jefe del Ejecutivo, quien hizo hincapié en que son los países más industrializados y no los que más contaminan sobre los que recae la mayor parte en el reto climático. Ante el resto de participantes en la cumbre, afirmó que España apoyará el desarrollo de la Estrategia global de la salud y el cambio climático a través de la Organización Mundial de la Salud con una dotación "extraordinaria" de tres millones.