Arnaldo Otegi reiteró ayer su optimismo sobre la cercanía de una solución al conflicto vasco. En un paso más de lo que fue su esperanzador mensaje del pasado sábado en Barakaldo (Vizcaya), precisó que en "dos meses" podrían sentarse "las bases" para crear una mesa de partidos en la que se hable del futuro político de Euskadi.

El portavoz de la ilegalizada Batasuna aprovechó una entrevista en la radio pública vasca para dejar claro que no hubo improvisación en su discurso durante el acto "en defensa de los derechos civiles y políticos" por un grupo de ciudadanos, en sustitución del convocado por Batasuna, prohibido por el juez.

VIA ABIERTA CON EL PSE Otegi introdujo un argumento novedoso sobre las razones que habrían llevado al juez Fernando Grande-Marlaska a prorrogar la suspensión de actividades de Batasuna dos años más y a prohibir el acto congresual previsto para cerrar su debate. Dijo que la intervención judicial pretendió "frustrar las vías abiertas no oficiales" entre el PSE y Batasuna.

Otegi señaló que el PSOE quiso aprovechar la decisión del juez para presentar ante la sociedad una izquierda aberzale "debilitada". Dijo que ese objetivo falló porque se pudo ver a una "fuerza plural y con un camino claro de respeto a la decisión del pueblo vasco".

El líder aberzale avisó de que "no es labor de Batasuna" pedir a ETA que deje las armas para facilitar la creación de la mesa de partidos. Y apuntó que si ese foro todavía no se ha creado se debe más a las diferencias sobre lo que debe ser su contenido que a la ausencia de una tregua de la banda terrorista ETA.

Pero el lendakari, Juan José Ibarretxe, y los pronunciamientos del Gobierno vasco y de las fuerzas que lo forman han insistido en que no será posible reunir a los partidos para hablar sobre el nuevo pacto entre Euskadi y España si la violencia persiste.

SIN VIOLENCIA El PSE reitera este mismo aviso y, ayer, el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, lamentó que Otegi no hiciera llamamiento alguno a la banda para que deje las armas porque "eso es lo que de verdad pondría en pista a un proceso de paz en este país".

Otegi ironizó sobre el silencio mantenido aún ayer por el Gobierno vasco sobre el acto del sábado, respaldado con su presencia por Eusko Alkartasuna (EA), partido socio del Ejecutivo que preside Ibarretxe. Fuentes de la presidencia del Gobierno afirmaron que será en el consejo que el gabinete celebra hoy cuando valore el acto del sábado.

Los socialistas se han referido a la celebración desde la noche del sábado para defender que se atuvo a los requisitos establecidos por el juez Grande-Marlaska. Pero el colectivo ultraderechista Manos Limpias pidió la intervención del fiscal general del Estado contra el consejero de Interior, Javier Balza (PNV); el delegado del Gobierno en Euskadi, Paulino Luesma (PSE), y contra Otegi por no impedir el acto.