Arnaldo Otegi no ha perdido su capacidad de liderazgo en la cárcel. El exportavoz de Batasuna aprovechó su turno de última palabra en la Audiencia Nacional para expresar públicamente su rechazo al uso de la violencia para "imponer un proyecto político". Esta declaración de intenciones eclipsó la comparecencia del líder de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, quien negó que tuviera un conocimiento especial previo del acto de Anoeta en el 2004, aunque reconoció que sabía que se iba a celebrar "como media España". La fiscalía y el Foro de Ermua mantuvieron respectivamente su petición de 18 meses y dos años de prisión contra Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Joseba Alvarez por enaltecimiento del terrorismo. Sus defensas pidieron la absolución.

La segunda sesión del juicio comenzó con uno de los testimonios más esperados, el de Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos, convocado por la defensa de Otegi. Pero las expectativas no se cumplieron porque, al igual que la jornada anterior, el presidente del tribunal, Fernando García Nicolás, impidió las preguntas de contenido político. En los escasos 10 minutos que duró su interrogatorio se le formularon 14 preguntas de las que seis fueron declaradas impertinentes por el tribunal.

TESTIGO DE LA DEFENSA Por ello, Eguiguren solo pudo explicar que conocía a Otegi y a los otros dos acusados porque eran parlamentarios en la Cámara vasca, y que mantenía una relación de amistad con Otegi, a quien definió como "normal". También que sabía que se iba a celebrar el acto de Anoeta "como media España" porque ellos "lo divulgaron a políticos y periodistas", pero negó haber tenido conocimiento previo del contenido del mitin, al que no asistió. Sin embargo, quedó sin respuesta el interrogante sobre si el Gobierno estaba informado del acto.

Tras este abortado testimonio, Otegi pasó al primer plano. "Quiero volver a reseñar con carácter absolutamente claro, nítido y prístino --dijo-- que nosotros hemos hecho una apuesta por las vías pacíficas y democráticas, que rechazamos el uso de la violencia para imponer un proyecto político, y que abogamos por un proceso de soluciones democráticas confluente".

El exlíder de Batasuna felicitó a García Nicolás por haber tratado de delimitar las cuestiones políticas de las jurídicas. Y criticó "la necesidad de algunos sectores" de introducir "asuntos de naturaleza estrictamente política en el ámbito penal".

La fiscalía explicó, en su alegato final, que no ha buscado "criminalizar opciones políticas" sino el enaltecimiento del terrorismo a través de un vídeo con imágenes de etarras y de gritos a favor de ETA. Para el ministerio público, los acusados eran "responsables de estos hechos porque es impensable que no controlaran todos los actos". Las defensas pidieron la absolución o una rebaja de la condena.