La pitada al himno nacional en la final de la Copa del Rey aún ensordece los oídos de algunos acérrimos defensores de la España única y unida. Y su aturdimiento es todavía mayor después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz rechazara el martes la querella presentada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) al considerar que estas acciones "están amparadas por la libertad de expresión". En una carta al director publicada ayer en el diario Abc , el expresidente del Tribunal Constitucional Manuel Jiménez de Parga avisa de que el archivo del caso es un "camino peligroso" y que "la impunidad de quienes ofenden al Rey no tiene cabida en nuestra Constitución".

El escenario en el estadio valenciano de Mestalla el 13 de mayo era previsible. Se enfrentaban el Athletic de Bilbao y el Barcelona. Tras la llegada de los Reyes al palco, el himno empezó a sonar y una mayoría del público respondió con silbidos. Tras la atronadora pitada, Denaes denunció a la entidad vasca Esait y a Catalunya Acció por ser las promotoras de lo que consideran injurias contra el Rey y provocación al odio contra parte de la población por razón de su origen nacional. Pero el juez Pedraz estimó el martes que acciones de este tipo "están amparadas por la libertad de expresión y no pueden considerarse injuriosas o calumniosas, ni que propugnen el odio nacional". Jiménez de Parga recuerda que el artículo 56.3 de la Constitución dice que "la persona del Rey es inviolable" y augura, en su incendiaria carta, un fatídico apocalipsis: "Si se admiten estas desviaciones, el fin del recorrido es previsible. Luego vendrán los lamentos".