La aparición de un nuevo grupo anónimo que se ha atribuido cuatro actos de kale borroka en suelo francés ha confirmado los temores de las autoridades de París. Otro grupo de características similares, con el nombre de Irrintzi (Grito), acaba de reivindicar cinco actos más de violencia en el País Vasco francés. Aunque el número total de ataques al otro lado de la frontera es inferior al de Euskadi, los responsables de seguridad franceses vigilan preocupados el desarrollo de los grupúsculos.

La fuerza francesa con mayor peso y virulencia fue Iparretarrak (Los del Norte), que cesó su actividad durante la tregua de Lizarra y hasta hoy no la ha retomado. Pero podrían estar creciendo sus hijos.

ADVERTENCIAS DE ETA ETA también ha contribuido a disparar las alarmas en Francia con sus sucesivas amenazas. Ha sido durante el alto el fuego cuando con más claridad se han escuchado los mensajes de presión. En su comunicado del pasado junio, advirtió a Francia del riesgo de que el "conflicto" se extienda a ese país si París no se involucra en el proceso de paz. Este hecho equivaldría a aceptar una de las reivindicaciones históricas de la banda: la territorialidad.

Idéntica amenaza se repitió públicamente el mes pasado, en un juicio en el Tribunal Especial de lo Criminal de París contra varios acusados de pertenecer al aparato logístico. El procesado Iñaki Esparza Luri reiteró el riesgo de "la prolongación del conflicto" a suelo francés.

En un comunicado publicado en el último número del semanario independentista Ekaitza (Tormenta), un nuevo grupo que no se identifica asume cuatro atentados en el sur de Francia, incluido el ataque al hotel-restaurante del famoso cocinero Alain Ducasse. Los autores han justificado las acciones realizadas, cometidas con artefactos explosivos entre junio y septiembre, para "oponerse firmemente a la política de desprecio del Gobierno francés".

La ejecución de los ataques y los comunicados de reivindicación de este grupo anónimo son muy similares a los utilizados el 11 de octubre por otra organización vascofrancesa, Irrintzi, cuando se atribuyó cinco tentativas de atentado. Ambas conminaban a París a involucrarse en el diálogo con ETA.

Pero se perciben diferencias en la selección de los objetivos. Mientras que Irrintzi ha protagonizado las acciones de más calado desde el alto el fuego de ETA, como la colocación en agosto de un artefacto en la residencia que la ministra de Defensa, Mich¨le Alliot-Marie, posee en Ciboure, el grupo ha atacado vehículos y agencias inmobiliarias.

Iparretarrak ha sido el grupo vascofrancés más activo, pero desde 1998 no ha vuelto a actuar. Sus objetivos eran instalaciones turísticas, empresas inmobiliarias y la Administración francesa, aunque también asesinaron a gendarmes. 1982 fue su año más activo, con un total de 34 acciones. Tenía fuertes lazos con la banda ETA.