Una vez que Susana Díaz ha dado el paso de anunciar su próxima candidatura a secretaria general del PSOE, Patxi López corre el riesgo de quedar invisibilizado en medio de la cruenta pugna que se espera entre la presidenta de Andalucía y Pedro Sánchez. Pese a ello, el exlehendakari ha asegurado este martes que él no va "a quedar el tercero" en las primarias socialistas. Y no porque vaya a integrar su candidatura con la del exlíder, como le pide algún barón, sino porque su defensa de un PSOE "unido" es lo que quieren "la inmensa mayoría de los militantes", que en esta ocasión, según sus datos, no se van a dejar manipular por el aparato, que está mayoritariamente del lado de la andaluza.

Su convencimiento tiene su origen en que, en los dos meses que han transcurrido desde que anunció su intención de pelear por la dirección del partido, ha mantenido encuentros con "miles demilitantes" que le han hecho saber que quieren un partido que se recomponga de las heridas internas y que defienda un proyecto de izquierdas. Justo los dos pilares en los dice basar su candidatura. "No les gusta el choque de trenes y la división", ha añadido, en alusión a sus dos oponentes.

En una entrevista en Onda Cero, ha tratado de erigirse en el candidato de la "integración" al insistir en su "compromiso radical" de sumar a Sánchez y a Díaz a la nueva ejecutiva socialista, si él gana. Y, si pierde, ha garantizado que no hará oposición interna sino que se pondrá a disposición del nuevo líder.