Si una imagen vale más que mil palabras, la imagen de este viernes en la sede del PSC no pudo tener mayor elocuencia. Resulta imposible hallar un precedente de un secretario general del PSOE aleccionando a los socialistas catalanes menos de una semana después de unas elecciones autonómicas. Seguro que los detractores del PSC verían en este gesto un ejemplo más del sucursalismo del partido catalán a su hermano español. Pero lo cierto es que los intereses mutuos de ambas fuerzas en los próximos inminentes comicios, las generales del 20 de diciembre, explican que Pedro Sánchez eligiese Catalunya paraabrir oficialmente su precampaña electoral contra Mariano Rajoy. El líder del PSC, Miquel Iceta, no pudo dejar más clara la envergadura del desafío al que se enfrenta su partido: "Nos va la vida en esas elecciones".

En efecto, y por extraño que pueda parecer, para los socialistas catalanes son más importantes los comicios del 20-D que los recién superados del 27-S. Si la Moncloa no cambia de inquilino y la correlación de fuerzas en el Congreso no vira hacia la izquierda, la viabilidad, y por tanto la credibilidad, de la reforma constitucional como alternativa al independentismo y al statu quo tenderán a cero, y el mensaje del PSC será papel mojado. De ahí que Iceta diese una orden directa a sus bases que minutos después hizo suya Sánchez: "Se ha acabado la resistencia; comienza la ofensiva".

Lo que ambos líderes socialistas reclamaron a los suyos es que apliquen las teorías de Antonio Gramsci, un oráculo intelectual de toda la izquierda, y abandonen la "guerra de posiciones" para lanzarse de lleno a la "guerra de movimientos". "Os necesito", rogó Sánchez ante diputados, cargos locales, dirigentes y cuadros territoriales del PSC, a quienes Iceta demandó un esfuerzo "mucho mayor" cara al 20-D del que han mostrado en la campaña del 27-S, que los socialistas catalanes consideran salvada con sus 16 escaños.

MUCHA PEDAGOGÍA

El secretario general del PSOE admitió la complejidad del reto: "Tendremos que hacer mucha pedagogía para que la gente sepa por qué hay que modificar la Constitución". Si algo sabe Sánchez es que sin un PSC con el suficiente aliento, la remontada que necesita el PSOE en menos de tres meses será sencillamente imposible. Por ello, el candidato a la Moncloa quiso sacar brillo a esa apuesta por una reforma constitucional, etiquetándola como "imprescindible" no solo para mejorar la convivencia entre Catalunya y España, sino también para blindar derechos sociales. Ahora bien, lanzó un aviso al independentismo calcado al que suele enviarle Rajoy: "Dentro de la Constitución podemos hablar de todo; fuera de ella no se puede hablar de nada". Nuevo portazo a todo referéndum que no sea el de la propia reforma constitucional.

Ante el previsible planteamiento plebiscitario que las fuerzas secesionistas buscarán también en la campaña de las generales, Iceta trató de tomar ventaja extremando la que, a su juicio, será la gran disyuntiva del 20-D: "o Rajoy, o Sánchez". Fue el primer anzuelo de precampaña a todos aquellos votantes de izquierdas que el domingo pasado cogieron la papeleta de Ciutadans o de Catalunya Sí que es Pot: "Nos tenemos que dirigir a quienes no quieren ni el choque de trenes ni el empate infinito para decirles que el 20-D solo hay dos caminos posibles: o Rajoy, o Sánchez", insistió ante la amenaza de que Pablo Iglesias y Albert Rivera rompan ese esquema bipolar que tanto interesa hacer calar a los socialistas.

Del revés electoral del pasado domingo se habló poco. Con su llamamiento a salir de las trincheras para iniciar la "ofensiva", Iceta finiquitó la autocrítica por la quinta pérdida consecutiva de escaños en unas elecciones autonómicas. "Ahora nos jugamos una España decente y desbloquear el conflicto que tiene atenazada a la sociedad catalana", resumió mirando siempre al futuro. Sí cargó contra Junts pel Sí y la CUP por someter la presidencia de la Generalitat "a una tómbola".

INTERPELACIÓN A LA CUP

Sánchez también se acordó de Mas -"El futuro de Catalunya no debería pasar por él"- y del partido de Antonio Baños, para retarle a no ser cómplice de las políticas de CDC allanando la reelección del actual 'president'. "No valen excusas para incumplir con la palabra dada. Si invisten a Mas, a quien estarán invistiendo es al presidente de los recortes, de la amnistía fiscal, del 3% y de la financiación ilegal", zanjó.