Ataviado con ropa deportiva para no desentonar con el entorno, Zapatero curioseó por la Casa Encendida de Madrid y visitó su tienda de comercio justo. Pensando en su mujer e hijas, el presidente compró cuatro juegos de collares y pendientes (50 euros), pero el dependiente se negó a cobrarle al declararse "pagado con su presencia". Los servicios de protocolo suelen correr después con este tipo de gastos, según la Moncloa.