La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha asegurado hoy que desde el pasado día 22 ha entrado en vigor una orden dictada por el ministerio marroquí del Interior, que prohíbe la entrada al país a todo periodista español que no resida en él sean cuales sean los motivos del viaje. La orden, que no ha sido anunciada oficialmente por Rabat, impide el acceso a todo periodista español con independencia de si su interés es personal o profesional. El periodista vallisoletano Guillermo Sanz que viajó al país de vacaciones ha sido deportado hoy después de pasar una noche en el aeropuerto de Marrakech, a donde llegó acompañado de su novia y un grupo de amigos, según informa en un comunicado la FAPE. Además, varios periodistas ceutíes intentaron cruzar la frontera marroquí la semana pasada para recoger a familiares y amigos en el aeropuerto de Tánger impidiéndoseles asimismo la entrada por figurar registrados como periodistas, agrega la nota. La FAPE considera que esta orden ministerial constituye "un grave gesto de discriminación impropio de un buen hacer diplomático, además de un injustificado desprecio hacia las personas por motivos profesionales". A su vez, manifiesta en su nota su preocupación por la seguridad de los corresponsales españoles en Casablanca y Rabat, en general, y la de la enviada especial del diario "El Mundo" Ana Romero, en El Aaiún, en particular. La FAPE también recuerda que hoy ha insistido al Gobierno español que dé muestras de las gestiones que realiza con Rabat para lograr el libre acceso de los periodistas españoles al Sáhara Occidental, como prometió la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en la reunión que mantuvo el jueves pasado con representantes de esta Federación.