En una huida hacia adelante, Josep Piqué (PP) retiró ayer la moción de censura contra Pasqual Maragall poco antes de la votación. Lo hizo para denunciar "el pacto subterráneo que PSC y CiU han suscrito para taparse mutuamente las vergüenzas", dijo.

Las inconcretas excusas que Pasqual Maragall presentó durante el debate de la moción y la celeridad con la que Artur Mas las aceptó despertaron las sospechas del líder del PP el mismo jueves, pero no en el instante en que todo acontecía. Fuentes cercanas a Piqué aceptaron ayer que éste y sus compañeros de escaño estuvieron lentos de reflejos, tanto que sólo en el tramo final del debate, durante el cara a cara con Joan Saura (ICV), comenzó a denunciar un aparente acuerdo entre socialistas y convergentes. La retirada de la querella de CiU, a esas horas, había aplastado la estrategia del dirigente popular para robar protagonismo a Mas en la oposición.

ADMISION DE LOS CONTACTOS Además, el Gobierno catalán y CiU admitieron ayer la existencia de contactos previos al debate de la moción para restablecer los "puentes" de diálogo rotos a raíz de la alusión de Maragall al 3% y la posterior querella presentada por la federación contra el president . Reconocidos los contactos --de hecho Artur Mas ya lo reveló en el pleno del jueves--, ambas partes se apresuraron a aclarar que no se había producido ningún "pacto de silencio", como denunciaba Piqué.

El PP, consciente de la derrota mediática, quiso retirar la moción el jueves por la noche, pero decidió forzar al límite el reglamento parlamentario.

Moción no votada, moción no consumada. Es decir, Piqué puede presentar una nueva moción de censura el lunes si lo cree oportuno y, de hecho, no descartó hacerlo si no se cumplen determinadas condiciones. El propio Piqué admitió ayer que el PP realizaba una lectura abusiva del reglamento, pero consideró que más se "abusó de la confianza de los ciudadanos" el jueves.

¿Qué pide ahora el PP? Reclama que el tripartito suscriba en breve, a través de iniciativas parlamentarias, las medidas en favor de la transparencia que Piqué propuso durante el debate de la moción y que, de hecho, ya suscribieron desde la tribuna de oradores PSC, ERC e ICV-EUiA. Solicita, además, que la comisión que investiga el hundimiento del Carmel y las fórmulas de contratación de la obra pública se divida en dos para que una de ellas se concentre exclusivamente en sacar a la luz los casos de corrupción. De no ver satisfechas sus demandas, Piqué amenazó ayer con forzar un nuevo debate a través, de nuevo, de una moción de censura.

LA DENUNCIA Mientras, un procurador del equipo de abogados que elaboró la querella por injurias y calumnias de CiU contra Pasqual Maragall, el consejero Joaquim Nadal y el diputado de ERC Xavier Vendrell acudió ayer a primera hora de la mañana al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para formalizar la retirada de las demandas.

Los nacionalistas prometieron que cuando Maragall se disculpara retiraría las tres querellas. Presentadas las excusas el jueves por la tarde y aceptadas éstas de inmediato por Mas, la vía judicial de la polémica del 3% murió ayer, antes de que se cumpliera el temor de CiU de que la justicia desestimara por inapropiadas las querellas.