La jornada de huelga de ayer, pese a su escasa incidencia, permitió comprobar que la izquierda aberzale mantiene operativos sus recursos habituales y que los activa cuando desea. A primera hora de la mañana empezaron a circular por las calles del Euskadi los piquetes, que mediante advertencias y amenazas provocaron un amplio cierre del comercio en algunas localidades. Las acciones de protesta derivaron en incidentes en varios puntos, lo que provocó que las fuerzas de seguridad detuvieran a 12 personas en Euskadi y Navarra.

Los primeros arrestos se efectuaron en Bilbao, en la medianoche del miércoles al jueves, con la detención de dos personas cuando vertían silicona en las cerraduras de unos cajeros automáticos. A las siete de la mañana, otra persona fue detenida en Hernani (Guipúzcoa) con 50 cohetes pirotécnicos.

Enfrentamientos

Los primeros enfrentamientos con la Ertzaintza se produjeron en Aretxabaleta (Guipúzcoa), tras una concentración en protesta por las muertes de los presos de ETA Igor Angulo y Roberto Saiz. Una persona fue detenida por desobediencia grave. Pero los incidentes de mayor gravedad tuvieron lugar en Navarra, donde el número de detenidos ascendió a ocho: cuatro de ellos formaban un piquete en Ansoain y los otros cuatro participaban en manifestaciones ilegales.

Los piquetes intentaron bloquear los accesos a varios centros educativos, como el campus de la UPV de Leioa (Vizcaya), pero los alumnos bajaron de los autobuses y entraron en el recinto a pie. La intervención de la Ertzaintza permitió recuperar la normalidad docente.

Durante todo el día se registraron numerosos ataques contra las líneas de trenes y autobuses. Alguno, como el realizado en Renteria (Guipúzcoa) al Euskotren que une el barrio de Herrera de San Sebastián con Oiartzun obligó a suspender el servicio.

Los radicales prendieron fuego a barricadas o cortaron con cadenas la línea ferroviaria en varios puntos como San Sebastián, Sestao (Vizcaya), Bilbao, o Renteria, pero apenas provocaron retrasos.

Tampoco tuvieron éxito los intentos de cortar el tráfico rodado en carreteras e, incluso, en vías urbanas, como la plaza del Sagrado Corazón de Bilbao, donde unos desconocidos colocaron unas cadenas que ocasionaron retenciones.

Uno de los ataques más importantes fue el dirigido contra varias líneas de autobuses guipuzcoanas. Un grupo de proetarras pincharon 112 ruedas de 25 autobuses, lo que obligó a cortar durante unas horas distintas líneas interurbanas.

Amenazas a comercios

Los piquetes recorrieron las localidades instando a los comerciantes a cerrar sus negocios. En Bilbao y Vitoria su efecto fue muy reducido mientras que en San Sebastián paralizaron la actividad de barrios enteros.

La Guardia Municipal donostiarra tuvo que intervenir ante la acción de varios grupos de personas que cruzaron contenedores, colocaron barricadas, echaron silicona en cerraduras de empresas y cerraron con cadenas los accesos a guarderías y centros de trabajo.

Los piquetes, formados por una decena de jóvenes en gran parte de los casos, recorrieron los comercios y bares del centro de San Sebastián advirtiendo de que debían cerrar sus puertas. En algunos casos, se colgaban de las persianas, penetraban en el interior e incluso amenazaban a los dueños con frases como "Si no cierras, tienes la librería quemada".