Los abogados del macrojuicio contra el entorno de la banda terrorista ETA se presentaron ayer con una clara intención: reventar la vista para sacar a la luz las irregularidades que, a su juicio, se están produciendo en este proceso. Y lo lograron. La presidenta del tribunal, Angela Murillo, les acabó dando la razón en una sesión en la que se sucedieron las suspensiones y después de que los abogados obtuvieran el amparo del Consejo de la Abogacía del País Vasco.

El juicio, que se celebra en la Casa de Campo de Madrid desde el pasado mes de noviembre, ha estado marcado desde el inicio por el tenso pulso que mantienen el tribunal y los defensores de los 54 acusados. Pero ayer los letrados echaron el resto. Fuentes de la defensa admitieron que su estrategia no era casual.

Tras el descanso de Navidad, debía declarar el principal imputado en este proceso, Xabier Alegría, que se enfrenta a una petición fiscal de 51 años de cárcel. Por ello, el equipo jurídico de los encausados desplegó toda la artillería y alegó que no había tenido tiempo para examinar los más de 100.000 folios que se han incorporado al sumario en diciembre. Esa documentación recoge informes policiales sobre las actividades de los acusados.

Los letrados pidieron más tiempo para estudiar esos papeles y solicitaron la nulidad de las actuaciones. Sus peticiones fueron desoídas por el tribunal, que ordenó el interrogatorio de Alegría. Este se negó a contestar al fiscal aduciendo que representa a un "tribunal especial que avala la tortura".

Después, su letrada, Arantxa Zulueta, pidió que se le exhibiera un informe policial incluido en las diligencias incorporadas en diciembre. Y empezó el caos. La vista se suspendió, en diversos turnos, durante casi cinco horas. El tribunal no halló la documentación y se negó a buscarla si la letrada no daba más datos. El Tribunal acordó suspender la vista hasta el próximo lunes.