Fin de las "escenificaciones". El PNV quiere dejar las cosas claras ante el agotador guión con el que ETA y la izquierda aberzale presentan desde primeros de mes mensajes que pretenden hacer creíble su decisión de poner fin a la violencia, mientras el Gobierno español no se da por enterado. El líder peneuvista, Iñigo Urkullu, propuso ayer la salida de ese círculo desde cuatro principios que empiezan por rechazar un alto el fuego que no implique un "cese definitivo" de las armas, y que la salida al problema debe basarse en los "derechos históricos" del pueblo vasco. También dijo que, para acabar con el conflicto, habrá que contar con todas las fuerzas políticas "sin exclusiones", y que se deberá respetar "el derecho a decidir" de los vascos.

Esa es la fórmula, la iniciativa de pacificación que había anunciado el presidente del PNV y que ayer expuso ante miles de seguidores concentrados en las campas de Foronda (Alava) para celebrar el tradicional Alderdi Eguna (día del partido). Aunque los cuatro principios ya figuraban en las propuestas programáticas de la organización, Urkullu los recuperó, de forma resumida, para asegurar que en ellos "caben todos". Admitió que así se lo ha expuesto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a los dirigentes de la izquierda aberzale.

TIEMPO PARA ZAPATERO Urkullu aseveró que su fórmula no es una "pista de aterrizaje" para ETA ni para el Gobierno, pero sí una "pista de despegue para todos". La presentó como una oportunidad, a la vez que confesó que su partido dará apoyo a Zapatero en el Congreso a cambio de que el jefe del Ejecutivo se implique en la búsqueda de la paz. Porque Urkullu no esgrimió el desarrollo del Estatuto ni la importancia de las políticas activas de empleo para justificar el auxilio del PNV a Zapatero. No. Lo que dijo es que el "nuevo escenario político" vasco necesita tiempo, que la paz necesita tiempo, y que unas elecciones anticipadas en este momento significarían "perder", por lo menos, un año entero. "Y nosotros, si se dan las condiciones, podemos ganar tiempo y lo vamos a ofrecer a unos y otros", dijo. Urkullu no escondió su hartazgo por la liturgia de ETA y Batasuna a la hora de garantizarse el protagonismo informativo. De hecho, pasó de largo la entrevista a dos etarras encapuchados del diario Gara . Aunque en filas peneuvistas se comentaba la ausencia de novedades en el documento, el presidente del partido evitó incluso referirse a él. Lo que dijo es que Euskadi sabe que el ciclo de más de 40 años de terror "está llamado a terminar", y que ya se inicia una nueva etapa. Además, Urkullu acusó al lendakari Patxi López de no trabajar por Euskadi y de ser "más centralista que el Gobierno español".