El PNV no acudirá hoy al acto de celebración del 30º aniversario del Estatuto vasco, que organiza el Gobierno de Patxi López, pero ayer reunió a toda su plana mayor en Gernika para denunciar que la ley se ha incumplido porque "asusta" al PSOE y al PP, y reivindicar su total desarrollo. El presidente del partido, Iñigo Urkullu, dijo que el PNV no "renuncia a nada" y aventuró que entre "las potencialidades" del propio Estatuto está el "derecho a decidir".

Arropado por los exlendakaris José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe, así como por diputados generales y cargos del partido, Urkullu dio solemne lectura a un documento del PNV que reconoce al Estatuto como la ley que "vincula y obliga" al pueblo vasco, pero que ha sido incumplida, utilizada como "moneda de cambio" y "laminada" por los mismos que la aprobaron.

La queja fundamental del PNV es que las previsiones más singulares del Estatuto vasco han sido ignoradas o limitadas "para hacer posible su forzado ajuste a un modelo de homogénea organización territorial, pensado como mera descentralización administrativa".

En una indirecta resurrección del fracasado plan Ibarretxe, el manifiesto de Urkullu apun- tó que se niega la capacidad de decisión y el derecho a la consulta, así como la propia "actualización del Estatuto".

UN PUNTO DE ENCUENTRO A pesar de las críticas que le dirigieron dirigentes del PP y el PSE por descalificar la norma clave del autogobierno vasco, el presidente del PNV reiteró que el Estatuto solo puede ser punto de encuentro si se "respeta" su letra, su espíritu y sus "potencialidades intrínsecas". El Gobierno ha citado en Vitoria a una amplia representación de la sociedad vasca para recordar los 30 años del referendo.