El PNV logró ayer desalojar a ANV de la alcaldía de Azpeitia (Guipúzcoa), un mes y medio después de que los concejales de la izquierda aberzale renunciasen a condenar el asesinato del empresario Ignacio Uria en esta localidad. Para ello, contó con el apoyo de un edil de EA, aunque el otro representante de este partido en el consistorio se opuso a la moción de censura. Han pasado más de 11 años desde la última vez que se depuso a la izquierda aberzale en un ayuntamiento vasco. Fue en 1997, cuando el primer edil de Arrasate (Guipúzcoa), Xabier Zubizarreta, de Herri Batasuna, fue sustituido también por el PNV. Desde entonces, pese a ilegalizaciones, atentados y ausencias de condenas, los partidos vascos no habían sido capaces de realizar ningún otro desalojo.

El salón de plenos de Azpeitia vivió también una escena casi inédita, ya que una veintena de simpatizantes del PNV acudieron a defender a sus concejales y plantar cara a los miembros de la izquierda aberzale, ampliamente mayoritarios, pese a que los peneuvistas son la fuerza más votada en el municipio. Todos portaban carteles, unos a favor de ANV y otros en recuerdo del asesinado Uria. La superioridad numérica y la agresividad de los seguidores radicales les permitieron hacer casi imposible el desarrollo de la sesión plenaria, con continuos gritos, amenazas e insultos continuos.

Uno de los momentos más desagradables se vivió cuando varias personas, tras escuchar innumerables ataques al PNV, recordaron el crimen de Uria. Tras unos segundos de duda, los batasunas optaron por corear lemas a favor del acercamiento de los presos etarras.

Los peneuvistas apenas pudieron intervenir ante las constantes interrupciones del público. Tuvo que ser la secretaria municipal quien leyera el texto de la moción de censura, que solicitaba el cese del regidor de ANV Iñaki Errazkin. El aspirante del PNV y anterior alcalde, Julián Eizmendi, fue interrumpido constantemente con gritos de "español", "traidor", "corrupto" y "pesetero". Apenas se oyó su petición de respeto a "todos los derechos humanos de todas las personas" y tampoco se le permitió hablar tras ser elegido.

La tensión siguió creciendo, hasta el punto de rozar la agresión. Cuando una mujer, simpatizante peneuvista, clamó que el origen de la moción era un asesinato que no se había condenado, varios jóvenes se volvieron con gesto airado y le espetaron que "no ha sido el único asesinato que ha habido en Euskadi".

El censurado Errazkin tuvo que intervenir varias veces para que el pleno pudiera continuar. Jaleado por sus seguidores, calificó la moción de "juicio" y "circo mediático" y reclamó una "solución" para Euskal Herria.

FEUDO NACIONALISTA La tensión vivida en el pleno tuvo su continuidad en la calle, cuando los simpatizantes de la izquierda aberzale realizaron una concentración frente a la puerta de salida del ayuntamiento. Ante el acoso al que sometieron a los ediles peneuvistas que iban saliendo del consistorio, varias dotaciones de la Ertzaintza intervinieron para abrir un pasillo. Tras varios golpes con porras y escudos, la policía autonómica permitió que los políticos abandonaran la zona.

ANV gobernaba Azpeitia, feudo tradicional del PNV, desde junio del 2007 gracias a un pacto con EA y Aralar, organizaciones que abandonaron el Gobierno municipal después de que los concejales de la izquierda aberzale no condenaran el asesinato de Uria. Sin embargo, la complicada situación interna que atraviesa EA quedó en evidencia durante el pleno. De sus dos ediles, uno permitió que prosperara la moción de censura al sumar su voto a los ocho del PNV, pero el otro optó por rechazar la iniciativa y coincidir con los seis concejales de ANV. E único representante de Aralar se abstuvo.

PSE y PP, que no disponen de representación en Azpeitia, celebraron el desalojo de ANV y reclamaron que se extienda a otras localidades como Arrasate. Sin embargo, la dirección de EA advirtió ayer mismo de que no son partidarios de nuevas mociones de censura.