El PNV quiere alcanzar un nuevo pacto estatutario que no pueda ser vetado en las Cortes españolas. Lo dice en el documento que presentó ayer su presidente, Josu Jon Imaz, y tiene el respaldo de la cúpula del partido, incluido el sector más soberanista dirigido por Joseba Egibar. El texto recoge una dura acusación a ETA, por "teñir de sangre y oprobio la causa nacional vasca", y le advierte de que "la paz no tiene" precio político.

El documento, que será referente para los peneuvistas, asume que el fin es lograr para el nuevo pacto con el Estado un respaldo mayor que el obtenido en 1979, cuando ni Herri Batasuna ni la derecha dieron su voto al Estatuto de Gernika.

´PLAN IBARRETXE´ La propuesta confirma que el PNV llevará a la mesa de partidos el contenido del plan Ibarretxe. Defiende que el nuevo pacto deberá reconocer al pueblo vasco "como sujeto de decisión" y recoger un acuerdo sobre la territorialidad; esto es, sobre cómo articular la Euskadi que integran el País Vasco, Navarra y el País Vasco francés.

El derecho de autodeterminación, identificado como "derecho a decidir", y el "pacto bilateral" con el Estado serán, para el PNV, otros elementos a incluir en el nuevo pacto.

El PNV sostiene que para que la mesa de partidos se pueda formar es preciso que "ETA haya cesado su actividad o bien que Batasuna y EHAK lo hayan reclamado". Defiende la conveniencia de que la mesa que reúna al Gobierno y a ETA se ponga en marcha antes que la de partidos pero subraya que el proceso político no admitirá la "tutela" de ETA.