Los dos principales candidatos vascos están entregados al juego del gato y el ratón. El gato López se ha apostado a la vera del camino por el que el ratón Ibarretxe ha pasado todos los días desde hace 10 años. La caza parecía segura. Pero, de improviso, el ratón se ha esfumado de su ruta. Ahora pasea por otra, muy lejos del lugar donde le espera el gato. La caza se complica.

Animado por el triunfo del PSE en las generales del 2008, el socialista Patxi López hurga en la decepción que el empeño soberanista de Juan José Ibarretxe ha causado en parte de la sociedad vasca. Pero el PNV tomó nota de su fracaso de hace un año y reaccionó hábilmente. Ha arrinconado el hasta ayer vital derecho a decidir y ha amarrado a Ibarretxe a la gestión y la lucha contra la crisis. Fuera abstracciones esencialistas; con la economía en la UCI, se impone la política de lo concreto.