Cien días lleva Patxi López como lendakari y el PNV en la oposición, aunque los nacionalistas intuyeron desde la misma noche de las elecciones cuál iba a ser su destino. La pérdida del poder después de tres décadas todavía es hoy un plato difícil de digerir. El presidente de los peneuvistas, Iñigo Urkullu, estrenó la travesía en el desierto con una altisonante acusación: el PSE y el PP estaban preparando un "golpe institucional" para despojar al PNV del Gobierno vasco. Ayer, 100 días después, él mismo demostró que apenas se ha suavizado ese tono en este tiempo. La acusación vino esta vez a cuenta de la política de asfixia al entorno de ETA puesta en marcha por el lendakari. Urkullu aprecia "confrontación de derechos" en la decisión de prohibir actos de apoyo a los presos de la banda terrorista.

En una entrevista en Radio Euskadi, el líder del PNV dejó claro que da por hecho que la justicia actúa de acuerdo con la legislación vigente y que el Departamento de Interior vasco tiene que aplicar las órdenes judiciales. De hecho, reconoció que su partido ha tenido que afrontar desafíos semejantes cuando gobernaba. No obstante, a juicio de Urkullu, las prohibiciones de actos como la manifestación del próximo día 21 en Bilbao, convocada por la izquierda aberzale coincidiendo con el día grande de las fiestas de la capital vizcaína, supone "un choque" entre la libertad de expresión y "el respeto a la sensibilidad que tiene que haber para lo que se oculta detrás de un supuesto enaltecimiento del terrorismo".

Otro ejemplo del acoso al entorno etarra fue la prohibición, por parte de la Audiencia Nacional, de dos actos de apoyo a presos de ETA durante las fiestas de Gernika (Vizcaya). Como respuesta al veto judicial, el pleno del ayuntamiento decidió ayer, con los votos a favor de los concejales de PNV, EA y Aralar, cancelar la lectura del pregón y realizar en silencio el pasacalle.

COHETE SIN PREGON Los responsables locales consideraron que la decisión judicial impedía que leyese el pregón un representante del Club de Rugby Gernika, ya que es una de las entidades organizadoras de los homenajes a reclusos etarras. El alcalde, José María Gorroño (EA), explicó que lanzará el cohete, sin que luego se lea al pregón, como era habitual.

Al pleno municipal acudieron siete concejales de la coalición de Gobierno, formada por EA y ANV, dos ediles del PNV y uno de Aralar. El consistorio consta de seis concejales de EA, cinco del PNV, cuatro de ANV, uno de Aralar y otro del PSE. Los tres ediles de ANV presentes en la reunión propusieron un texto alternativo y abandonaron el ayuntamiento una vez que este fue finalmente rechazado por el resto de grupos de la corporación.

LA CRITICA DE ELORZA A punto de finalizar las fiestas de su ciudad, el alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, pasó cuentas al PNV por su actitud con las manifestaciones de los proetarras mientras ocupó el Gobierno vasco. "El PNV ha estado años permitiendo y mirando para otro lado, autorizando, disculpando, haciendo como el Guadiana, diciendo hoy una cosa y mañana otra", reprochó el dirigente socialista.