Madrid y Bilbao clamaron ayer por recuperar la unidad de los demócratas frente a ETA y reclamaron el valor de la palabra como instrumento para lograr la paz. El manifiesto leído al concluir la marcha de la capital pronosticó que "ni las armas ni aquellos que pretenden instrumentalizar" el dolor "acabarán con la esperanza de que el ejercicio de la palabra traiga la paz y la libertad". En Bilbao, el lendakari Ibarretxe reclamó "unidad" y proclamó que "sin diálogo no hay futuro".

Almudena Grandes sustituyó a la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Reg s, que inicialmente iba a leer el comunicado final. La escritora compartió discurso con la locutora ecuatoriana Lucía Rosero. Esta pronunció unas palabras en su lengua, el quichua, variedad del quechua: "Shuc makilla, shuc yuyailla, shuc shungulla", que significa "Un solo puño, un solo pensamiento y un solo corazón".

Los convocantes exigieron a los partidos unidad y advirtieron de que los ciudadanos no entenderán "que no hagan todos los esfuerzos necesarios para terminar con el terrorismo".

En Bilbao, Juan José Ibarretxe manifestó que la violencia de ETA no puede condicionar que "el pueblo vasco decida su futuro", por lo que abogó por el diálogo y por acuerdos "por encima de debates estériles".