Un informe atribuido por CiU al Gobierno de la Generalitat de Cataluña sobre la línea editorial de los medios de comunicación públicos y privados catalanes y el perfil y la orientación política de algunos periodistas provocó ayer una enorme tormenta política. Entre otras cosas, el texto recomienda influir en la composición de las estructuras directivas de algún medio de comunicación privado.

El documento --de 29 páginas más un anexo de 18, sin firma ni membrete oficial-- fue difundido en el Parlamento catalán por CiU, que lo esgrimió como supuesta prueba del "sectarismo" con el que el tripartito encara las relaciones con los medios de comunicación y como una "amenaza a la libertad de prensa y de opinión". El Gobierno de Pasqual Maragall aseguró no tener "nada que ver" con el texto.

Nada más conocerse la denuncia de CiU, que formuló su portavoz parlamentario, Felip Puig, tanto el conseller en cap , el republicano Josep Bargalló, como el portavoz del Gobierno, el socialista Joaquim Nadal, comparecieron para negar cualquier relación del Ejecutivo con el informe. No obstante, Nadal anunció la apertura de una investigación. Pese al desmentido, fuentes del tripartito situaron el origen del informe en el Departamento de Presidencia. Concretamente, en la Secretaría General de Comunicación, que dirige Miquel Sellarés, y cuya continuidad en el cargo parece en entredicho.

En los últimos días, Maragall ha criticado en privado el funcionamiento de la secretaría de Sellarés, que fue nombrado por el anterior conseller en cap , Josep Lluís Carod-Rovira. Fuentes de Presidencia aseguraron que ni Maragall, ni Bargalló conocían el documento, pero que sí había llegado a las manos de Carod.

El documento analiza la "manipulación informativa" del Gobierno del PP. Ello, según el informe, hace necesario que las instituciones deban "ayudar a que la normalidad democrática se instale en los medios".