Tras el atentado de ETA en Palma de Mallorca, el Ayuntamiento de Pamplona acordó dedicar una calle a Diego Salvá Lezaun, uno de los guardias civiles asesinados. El consistorio ya ha bautizado seis vías con los nombres de víctimas de la banda y un parque con el del edil Tomás Caballero. Pero en esta ocasión, la medida ha suscitado cierta polémica por la oposición de Aralar, que considera que las vías públicas "deben tener nombres neutros" y basados en "valores culturales aceptados y de unión".

La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, de UPN, replicó que ante ETA nunca será "neutral", porque su objetivo es "vencer" a los terroristas. Y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, defendió que las calles tengan nombres de víctimas para "recordar que hay que plantarse ante el nazismo".

La calle en memoria del guardia civil asesinado se ubicará en una urbanización finalizada recientemente. Salvá nació en 1982 en Pamplona, ciudad en la que reside parte de su familia.