Al menos 10 reclusos de cárceles españolas recibieron ayer la visita de agentes del Cuerpo Nacional de Policía por su presunta relación con el grupo terrorista islamista detenido la noche del pasado lunes y al que se acusa de preparar un gran atentado contra la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo. Se trata de presos encarcelados por delitos comunes, pero la policía sospecha que ha sido precisamente en los centros penitenciarios donde se ha estructurado la red terrorista desarticulada anteayer, ya que varios de sus integrantes, de hecho, tenían antecedentes también por causas menores.

Dos de las prisiones en las que ayer fueron los agentes fueron la coruñesa de A Lama y la salmantina de Topas. En esta última, por ejemplo, seis policías registraron a fondo la celda de Said Afis, que posteriormente fue encerrado en otra área de la cárcel e incomunicado. Se trata de un recluso estrechamente vinculado al grupo de presos integristas de esa cárcel.

REOS DE FAMA INTEGRISTA En el centro de A Lama una docena de agentes llevó a cabo una operación idéntica en las celdas de Baldomero Lara Sánchez y Aisa Kaddour. También este último tiene fama entre el resto de los internos de la cárcel de ser un profundo militante integrista.

Esas y otras operaciones policiales de ayer son la consecuencia directa de la desarticulación de la presunta red terrorista llevada a cabo la noche del lunes de forma simultánea en Madrid y en diversas localidades de las provincias de Valencia y Almería. Fueron detenidas ocho personas cuyo nexo de unión, además de tener antecedentes penales por delitos comunes, parece ser un argelino detenido hace varios días en Suiza y vinculado al GIA.

Por su parte, el exministro Angel Acebes rechazó ayer que en su etapa al frente del Ministerio de Interior recibiera informaciones de parte de los servicios de inteligencia o la policía de que se estaba preparando un atentado de las características del 11-M. Acebes dijo que a lo sumo recibió "advertencias genéricas" en las que el objetivo de los grupos investigados era "la democracia española y su modelo de convivencia".

El exministro, en cualquier caso, aprovechó para destacar que la operación policial del lunes da la razón al Partido Popular cuando sostiene que el mayor peligro para la democracia es el terrorismo.

EL OBJETIVO La Audiencia Nacional, probable objetivo de los integristas, está en una de las zonas más céntricas de Madrid, a escasos metros de la plaza de Colón, donde cada año se celebra el desfile militar del 12 de octubre. El edificio está controlado por la policía que vigila las calles con circuitos de televisión. Para acceder al interior es necesario pasar por un detector de metales e identificarse. Al edificio se accede por dos puertas. La principal está en la calle de García Gutiérrez, por la que entran magistrados y funcionarios. Por la puerta de Génova acceden abogados, periodistas e imputados. Este es el acceso menos protegido, porque es una vía central de Madrid y por ella se especula que los terroristas habrían lanzado el camión bomba. La seguridad se refuerza con los escoltas de los jueces y fiscales. Además, los equipos especiales de la policía rastrean las alcantarillas.