A tal extremo ha arribado la tensión política en Cataluña que los miedos que durante prácticamente una década ha proporcionado la crisis económica han menguado de manera considerable, sin llegar a esfumarse del todo. Ahora lo que inquieta de veras cara al futuro es el enconado conflicto entre la Generalitat y el Gobierno central. Cabe recordar de nuevo que el sondeo del GESOP está elaborado antes de que el Estado anunciase la próxima suspensión del autogobierno de Cataluña.

Justo antes, pues, de la irrupción en escena del artículo 155 de la Constitución, el 68,1% de los catalanes consideraban mala o muy mala la situación política actual, 19 puntos más que en el anterior barómetro, de diciembre del año pasado. De ese porcentaje, el 39,3% tacha de muy mala la situación política, el nivel más alto registrado desde que se iniciase en el 2007 esta serie de encuestas. Los votantes de Ciutadans, el PP y el PSC son los más críticos, seguidos de los 'comuns', pero incluso la mitad de los votantes de partidos independentistas deploran la tensión política actual.

¿CRISIS? ¿QUÉ CRISIS?

A medida que la política inquieta más, la economía ya no da tanto miedo. El 39,3% de los sondeados tildan de mala o muy mala la situación económica del país, nada menos que 14 puntos por debajo de la cota que se registraba hace 10 meses. En el otro lado de la balanza, quienes perciben como buena o muy buena la situación económica alcanzan ya el 30,5%, 16 puntos más que en diciembre del año pasado. Los independentistas valoran mejor la situación económica que los contrarios a la secesión.

Quienes creen que Cataluña ha empeorado en el último año (45,4%) aumentan más de 15 puntos respecto al estudio anterior y ya duplican a quienes piensan el país ha mejorado (20,9%). Se multiplican también por dos los pesimistas respecto al futuro (32,4%), que alcanzan su nivel más elevado de los últimos tres años.