Es bastante frecuente, en los últimos meses, que los políticos utilicen sus intervenciones públicas para defender la honorabilidad de su gremio. Dirigentes de distintos partidos y condición repiten, sin descanso, que los que se corrompen o incumplen las obligaciones que les encomienda la soberanía nacional, o sea, el pueblo, son una minoría. Y es que los que se ganan la vida con la política temen que los ciudadanos juzguen, con tanta corrupción y problemas económicos sobre la mesa, el todo por la parte, de forma que se cree un distanciamiento peligroso entre la sociedad y sus representantes en las instituciones. Este miedo tiene cierto fundamento, según constata el informe de noviembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS): la clase política y los partidos se han convertido en el tercer problema nacional, tal solo por detrás del paro y la crisis económica.

El CIS elabora esta tabla planteando a 2.500 entrevistados la siguiente pregunta: "¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España?". La respuesta (pueden darse hasta tres) es espontánea. Por tanto, resulta todavía más preocupante para los políticos.

El primer problema para el 78,4% de los españoles es la tasa de desempleo. Desgraciadamente, el fenómeno del paro se consolida en la primera posición y sube puestos respecto a los meses anteriores, batiendo el récord de la década. A continuación, se sitúan en la tabla de desvelos ciudadanos los problemas de carácter económico, ya que copan el 45,9% de las respuestas. La crisis tiene reservado un lugar privilegiado en el barómetro del CIS desde septiembre del pasado año. En el estudio que fue realizado en octubre, el paro y la coyuntura económica iban seguidos de la inmigración. Pero algo debe haber cambiado en las últimas semanas para que, ante las preguntas del Centro de Investigación Sociológica, los ciudadanos hayan otorgado el tercer puesto a los políticos. Se da la circunstancia de que el citado estudio se realizó entre los días 2 y 9 de noviembre, cuando el secuestro del atunero vasco Alakrana por parte de piratas del Indico copaba buena parte de las portadas de los periódicos, compartiendo espacio con el caso Gürtel y las crisis internas del PP derivadas de los enfrentamientos varios entre Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre.

TIRON DE OREJAS En este contexto, los ciudadanos decidieron dar un tirón de orejas a sus políticos, haciendo público que estos se han convertido en uno de sus problemas relevantes del país (así lo apuntaron el 16,6% de los encuestados), cuando debieran ser los garantes de ofrecer soluciones.

El cuarto lugar es, en esta ocasión, para los inmigrantes (13,7%), ocupando los siguientes escalones de la tabla el terrorismo (13,1%) y la inseguridad ciudadana, que se anota un 11,4% de las respuestas. Además, entre octubre y noviembre se incrementó en cinco puntos la preocupación específica por la corrupción y el fraude, que fue citada por uno de cada diez entrevistados y rozando el empate con la vivienda.

DESCONFIANZA GENERALIZADA Otra de las conclusiones que puede extraerse del informe que ayer hizo público el CIS es que la sociedad es pesimista respecto a la ansiada recuperación económica. Así, solo el 22% cree que la coyuntura mejorará el próximo año, mientras que el 40% considera que la situación económica será "igual" y el 30% augura que será aún "peor".

Los encuestados tampoco se muestran más positivos cuando se les pregunta por la situación política: la mayoría de las respuestas oscila entre el "regular" y el "muy mal", incidiendo en que no ven perspectivas de mejoría. Los partidos y las instituciones, a tenor de estos datos, tienen que hacer un esfuerzo.