Los movimientos del Gobierno para ampliar sus apoyos políticos ante los desencuentros con ERC en Cataluña han provocado en las últimas horas reacciones desde los cuarteles de los potenciales aliados. Todos ellos --PNV, BNG, Coalición Canaria (CC) y Chunta Aragonesista (CHA)-- han expresado su disposición a apoyar los presupuestos generales del 2006, aunque con condiciones. Los nacionalistas vascos, que con siete diputados pasarían a ser el mayor socio del Ejecutivo en caso de una recomposición de alianzas, reclaman el "desbloqueo" del cupo vasco y una actitud más favorable en la cesión de las competencias, así como el apoyo de los socialistas a los presupuestos de Euskadi.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, manifestó ayer desde Brasil que las conversaciones que el Ejecutivo y el PSOE mantienen con el PNV no suponen un cambio de estrategia en el tablero de las alianzas, sino una búsqueda de apoyos para que los presupuestos cuenten con el mayor apoyo posible. Recordó que "las cosas han cambiado en algunos sitios" en el último año y citó el caso de Galicia, donde los socialistas gobiernan ahora con el BNG.

Los nacionalistas gallegos (2 escaños), por boca del diputado Francisco Rodríguez, se mostraron "abiertos al diálogo" sobre los presupuestos, aunque su apoyo dependerá de los aspectos "positivos" que tenga para Galicia. Por su parte, el presidente de CC, Paulino Rivero, no espera dificultades para apoyar las cuentas si el Gobierno "cumple los compromisos". También aconsejó a José Luis Rodríguez Zapatero que busque nuevos aliados si quiere acabar la legislatura.

Mientras tanto, la dirigente del Partido Popular Soraya Sáenz de Santamaría instó al presidente del Gobierno a no iniciar "nuevos experimentos" con posibles pactos con el PNV, porque sería una senda muy peligrosa" que conducirá a peticiones de "independencia".