Los grupos parlamentarios del Congreso, incluido el hasta ahora remiso PP, emprendieron ayer una nueva tentativa para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en funciones desde hace 10 meses. Los portavoces de las formaciones acordaron que los nombramientos se realicen según criterios de "pluralidad profesional y política". Los portavoces pactaron, además, reunirse la próxima semana con las cuatro asociaciones judiciales para escuchar sus posturas. Se trata de la primera reunión de los grupos desde que expiró el mandato del máximo órgano de representación judicial. El acuerdo aún está lejano.

El encuentro comenzó a las diez de la mañana, sin la presencia del popular Eduardo Zaplana, lo que hizo pensar a los demás portavoces que una vez más el PP declinaría buscar una salida al problema. Los malos presagios se disiparon cuando al cabo de media hora se incorporó el representante del PP.

Zaplana dijo estar "absolutamente identificado" con los criterios para el nombramiento de los 20 miembros del CGPJ, porque, dijo, respetan el "pluralismo social y judicial". No solo omitió mencionar el pluralismo político, sino que afirmó que el órgano de gobierno de los jueces "no será una correa de transmisión del Parlamento". El socialista Diego López Garrido sí mencionó la pluralidad política.

Ahí está precisamente el nudo de la negociación. Por ley, los miembros del CGPJ los elige el Parlamento, 12 de ellos a partir de 36 candidatos que presenten las asociaciones judiciales y los otros ocho entre juristas y personalidades de prestigio. La última propuesta socialista, que el PP rechazó en su momento, es que los dos grandes bloques ideológicos --el progresista, encarnado por el PSOE y Jueces para la Democracia, y el conservador, encabezado por el PP y la mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura-- se reserven cada uno ocho puestos en el Consejo. Los cuatro restantes se lo repartirían los demás grupos.