El portavoz del PP en la Diputación Permanente del Congreso, Gustavo de Arístegui, reconoció ayer que el terrorismo ha brotado en Irak después de la guerra. En respuesta a Jesús Caldera, que había dicho que en 12 años no había muerto ningún miembro de la ONU en ese país, Arístegui admitió que la ocupación militar "ha convertido al país en un campo de batalla en el que actúan elementos del régimen anterior, mercenarios e islamistas extremistas". Cuando Caldera recordó que Rodríguez Zapatero había advertido antes de la guerra de que el resultado iba a ser más terrorismo y más odio, Arístegui matizó su descripción y acabó reclamando una vuelta al consenso en política exterior.