Era una manera de hablar. Pese a haberlo dado por sentado varias veces, ayer Mariano Rajoy reconoció que España "no se rompe" con las reformas territoriales impulsadas por José Luis Rodríguez Zapatero. La nación ya no se "fragmenta en parcelas", como dijo en un acto contra el Estatuto de Cataluña. Eso sí, cree que España corre riesgos, como convertirse "en un decorado de cartón piedra" y en un Estado "inviable" a fuerza de sustituir el modelo actual por uno "confederal". "Es la hora de España", añadió.

Para explicarlo, aprovechó la invitación de José María Aznar a la clausura del campus de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Rajoy insistió en que el Estatuto de Cataluña hace imposible aplicar varias leyes que entran "en contradicción" con lo establecido en la norma catalana. Y dijo temer que la aprobación de nuevos estatutos agrave la situación.

EL PROGRAMA ELECTORAL Por eso anunció que su programa electoral para las próximas generales se basará en la defensa de la unidad de la nación. Para que los españoles voten el modelo territorial del PP o "el cambio brutal que impone Zapatero". Porque, "como demócrata", quiere "someterse a la voluntad del pueblo".