El PP amagó, pero no dio. Definitivamente, según explicó ayer su portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, no abandonará la comisión parlamentaria que investiga el 11-M aunque algunos de sus portavoces lo insinuaron el jueves, al terminar la última sesión de trabajo en la que se decidieron las que pueden ser las últimas comparecencias, entre las que no se incluye la de José María Aznar.

Zaplana, en Alicante, afirmó que, aunque el PP está muy descontento con el funcionamiento de la comisión, no va a ceder a la tentación de irse de ella. "Si se hubiera puesto de manifiesto nuestro enfado evidente, la hubiéramos abandonado --dijo--, pero aguantaremos hasta el final, con todas las consecuencias, por respeto a la sociedad española y a las víctimas".

CARA A CARA El líder del PP, Mariano Rajoy, criticó desde Asturias que la mayoría de la comisión, liderada por el PSOE, no quiera investigar lo que sucedió el 13 de marzo, durante la jornada de reflexión, aunque se ha convocado para ello al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, y abundó en la línea marcada por su grupo de cuestionar el triunfo socialista del 14-M. Insistió en que Zapatero y él deben discutir cara a cara las conclusiones en un pleno del Congreso.

Diego López Garrido, del PSOE, avisó de que ni su partido ni el resto de los grupos de la comisión permitirán que el PP siga intentando deslegitimar las elecciones. "Que no sigan por ese camino ni un minuto más", advirtió. Y añadió que es "inaceptable" que el PP se esté comportando "como un partido antisistema" para ocultar sus errores.

RESPETO A AZNAR Sobre la comparecencia de Aznar, López Garrido también adelantó que, "por respeto institucional al estatuto de expresidente del Gobierno hay que pensar muy bien y ser muy prudentes si se le convoca o no a declarar en la comisión que investiga el 11-M", aunque todavía no han descartado llamarle. Gaspar Llamazares, el líder de IU-ICV, dijo comprender el papel singular de Aznar, pero exigió al PSOE que vote a favor de su comparecencia siguiendo un formato diferente a los demás, "adecuado a su dignidad", de manera que se le haga un cuestionario previo y se evite que se produzca un ambiente "de crispación".

La Mesa de la comisión comunicó ayer al presidente del Congreso, Manuel Marín, que seguirá sus trabajos en septiembre, aunque será sólo para discutir las conclusiones y no para realizar nuevas comparecencias. Según distintos responsables de la comisión, las comparecencias acabarán la semana que viene con el ministro del Interior José Antonio Alonso y, si se amplían para que acudan Aznar y algún otro convocado de última hora, sólo se habilitará la primera semana de agosto.