Pese a cerrar filas en torno a Federico Trillo, la dirección del PP reconoció ayer la precipitación del exministro de Defensa tras el accidente del Yak-42. Angel Acebes, secretario general adjunto de los populares, descartó la renuncia de Trillo a su acta de diputado, pero al tiempo admitió que su prioridad fue "repatriar cuanto antes los cadáveres" de los 62 militares españoles fallecidos en la tragedia aérea de Turquía. Fruto de esa urgencia, al menos 22 de ellos fueron identificados erróneamente.

Mientras los familiares de las víctimas del Yak-42 siguen exigiendo su dimisión como diputado, Trillo mantuvo ayer el cauto silencio de los últimos días. Mariano Rajoy, secretario general del PP, sí ha escuchado las explicaciones del extitular de Defensa, que le han ratificado en su determinación de defenderle y plantar cara al Gobierno.

Porque, según la consigna a la que ayer puso voz Acebes, Trillo está siendo objeto de "una agresión intolerable" por parte del PSOE, al que culpó de "utilizar el dolor de las víctimas para obtener rentabilidad política". Con el argumento de que "el PP siempre ha estado y siempre va a estar con las víctimas", nada quiso decir acerca de los reproches que las familias de los fallecidos han vertido contra Trillo y el anterior equipo de Defensa.

"ESTRATEGIA DE DESCREDITO" El adjunto de Rajoy justificó la decisión de Trillo de precipitar la repatriación de los cuerpos porque, apuntó, los errores de identificación que se registrasen podían ser enmendados en España. No aclaró, en cambio, por qué Defensa no realizó ninguna comprobación posterior.

Lo que sí hizo Acebes fue arremeter contra el Gobierno, y en particular contra el ministro de Defensa, José Bono. Al Ejecutivo socialista lo acusó de embarcarse en una "estrategia de permanente descrédito" de los gobiernos de José María Aznar. Y a Bono, de desencadenar una "crisis" en el Ejército al hacer coincidir la renovación de la cúpula militar con el escándalo del Yak-42.

A su vez, el secretario de organización del PSOE, José Blanco, exigió al PP que asuma responsabilidades por "mentir" a las familias de las víctimas del Yak.

Por su parte, los padres de Francisco Javier Cobas Ligero, de 39 años, una de las víctimas del Yak-42 supieron ayer que en el nicho del cementerio de Cornell (Barcelona) ante el que han llorado, están los restos del comandante médico Felipe Antonio Perla, que vivía en Valencia, mientras que el cuerpo de Francisco descansa en Albacete.